Una canción mapuche de Carlos Painenao para el Año Nuevo
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A nthropos 92.1997
Fig.
3: El cacique Don Andrés
Huaiquio y su esposa Doña Mar
garita Melillan.
s on todos huiricas [blancos].” Cuando Don Car
los constató en su saludo (trascrito más arriba en
m apudungun) y el cacique lo repitió más tarde,
que los hijos ya eran forasteros o blancos, esto era
Probablemente menos un reproche a la juventud
que un reconocimiento de los muchos cambios que
ha vivido su generación durante este siglo. Doña
Margarita, la esposa de Don Andrés, ofreció a Don
Carlos muday y luego lo invitó a la comida, que
e l cacique ni siquiera probó. Los dos viejos se
abrazaron, con las palabras de Don Carlos: “Él
tenía en sus brazos.” El cacique bromeó, que
su visitante era muy joven, en comparación a sí
ttúsmo, al tener veinte años menos.
Don Abelardo, uno de los hijos del cacique, se
sentó al lado de los dos ancianos para escuchar
su s palabras. Finalmente, Don Carlos se despidió
c °n las palabras: “Puede venir otro Año Nuevo,
Podemos conversar otra vez como hoy lo hici
mos.” Don Abelardo agradeció a Don Carlos la
y isita: “Ayer mi papito casi se fué, con tu conversa
bonita le levantaste el ánimo. Tú conversa es muy
derecha, muy limpia”.
El cacique murió el 25 de junio 1994, un día
después de San Juan. Don Carlos falleció en se-
hembre de 1994. Durante mi visita había hecho
alusiones a sus problemas de salud: “... con esta
enfermedad que tengo, de repente me puede venir
| a muerte, ...” añadiendo: “pero yo pido en mi
Avocación, que (Dios) me dé más camino, mas
anos para vivir”. Como él parecía saludable para su
e dad, no me fijé en esa advertencia. Qué impresión
al escuchar esas palabras un año más tarde en la
grabadora, durante la traducción de la canción.
Antes de su deceso Don Carlos había recibido
de la Asistencia Social - del alcalde, como su
viuda lo expresó, - las calaminas para el techo
y el tabique de su nueva casa, que él tanto había
anhelado para su familia. En este hogar se realizó
el velorio de dos noches al estilo chileno, con la
participación de familiares y amigos tanto de las
cercanías como de regiones más lejanas. Según
costumbre del país, las visitas ayudaron a la fa
milia cooperando con flores, velas, harina, vino,
dinero y otras cosas más. A pesar de esto los gastos
de la ceremonia fueron tan altos que fue necesario
empeñar la yunta de bueyes. En la mañana del día
del entierro se levantó la “urna”, es decir el ataúd
con Don Carlos, en el patio de la casa, con los pies
hacia el este para efectuar el amulpüllün, al estilo
mapuche. Ese rito se celebra antes del sepelio por
la tarde, que se realiza en el cementerio regional.
La canción fue traducida en 1995 por Don
Simón Juanico Curinao y Don Héctor Painequeo,
cuando ya no era posible consultar al autor mis
mo en caso de dudas. Para la transcripción de la
canción se usó el “alfabeto unificado”, el más di
fundido. Para facilitar la lectura, separé los sufijos
según el modelo de la gramática mapuche de I.
Smeets, publicado en 1986.
La canción del Año Nuevo
Fachantü may, fachantü may,
Hoy, pues, en este día de hoy, pues
año nuevo anay, año nuevo nga fachantü,
es (el día del) año nuevo, mi amigo, hoy es año nuevo,